viernes, 16 de septiembre de 2016

La mejor cita



Hace unos días tuve que salir de la ciudad por tres días con mi hija mayor, por ende mis dos hijos menores quedaron en casa con su papá. Mi hijo del medio, el de 7 años recién cumplidos, no estaba feliz, me decía que no comprendía por qué me tenía que ir con su hermana y él se quedaría "solo" en casa. Luego de los tres días, al regresar a casa, mi hijo me seguía preguntando la razón de su "abandono", lo curioso es que había tenido buenos planes con su padre pero consideraba que la separación "no había sido justa".

El sentimiento fue tanto que decidí decirle que en compensación de los tres días sin mamá, nos íbamos a ir a cenar él y yo solos; entonces la hermana inició la protesta, pero al explicarle la razón lo comprendió y aceptó la situación. Llegó el día de la gran cita, mi hijo estaba feliz y yo estaba agotada pues había sido un día de mucho trabajo. Fuimos a cenar a un lugar que él mismo escogió, una cafetería de la localidad, sencilla y nada elegante. Le advertí que ni él ni yo podíamos usar aparatos electrónicos durante la salida, solo lo usaríamos para tomarnos una foto. Estaba realmente feliz, no paró de sonreír desde que salimos de la casa, me cerró la puerta del auto como todo un caballero y tomó mi mano al cruzar la calle para que a mí no me pasara nada. Al llegar a la cafetería escogió la mesa y se quiso sentar frente a mí y no al lado para, según él, verme mejor. Mi hijo no paraba de sonreír, estaba muy contento por lo que al verle la cara mi cansancio fue desapareciendo casi instatáneamente. No pude contar la cantidad de veces que me tiraba besos desde el otro lado de la mesa ni la cantidad de "te amo mami" que me dijo. Pidió su comida favorita pero dijo que la mía estaba mas sabrosa y hasta quiso hacer un bridis por la familia.  Al terminar la cena e ir camino al auto me dijo: Mami gracias, la cena fue perfecta. Pero ahí no terminó todo, cuando íbamos camino a la casa me dice: ¡siempre recordaré este día en mi corazón! Si quito las citas con mi esposo, ésta ha sido la mejor cita por mucho, en verdad fue perfecta, fácil 40 minutos de amor puro, del bueno y verdadero.

¿Cómo detalles tan pequeños pueden hacer a nuestros hijos tan felices? No se necesita mucho para compartir con ellos y hacer de un momento cualquiera que sea especial e inolvidable. El tiempo con los hijos no tiene precio.  Tendré que agendar cada cierto tiempo una cita a solas con cada uno de mis hijos. Me encantó la idea y resultó mejor de lo que jamás me pude imaginar.

GN

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